Jinotega, Mi ciudad Natal

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La Ciudad de las Brumas, Fog City

miércoles, 19 de enero de 2011

Carta a mi Sol

  Amigos, este es un obsequio Navideño a ustedes, y todo lo alli expuesto es real, es mi vida. Abrazos.
Mi Sol,

Hoy voy a deleitar tu alma con la caricia de la luz divina que se poso en mi pecho y me arrullo con la ternura que un padre acaricia un hijo.  Me fundí en el letargo de la noche hasta encontrar paz y bien en el silencio ausente de mis pensamientos vagos.

Esta noche, camine para recibir los mimos de la brisa vespertina, Oscurecía, recordé el frío de mi pueblo envuelto en nieblas, camine despacio observando las casas con sus nacimientos y las otras con su Oso Azul y plateado, las familias Judías que celebran Hanukka.

Sentí en mi piel la tenue caricia del viento que me abrazo en silencio,
confabulado con las estrellas de la noche, que curiosas me observaban, queriendo descubrir mis sueños y hurtarlos en el momento del reposo de mis parpados, custodios del joyel donde guardo los tesoros acumulados en el correr del tiempo, gateando en las calles pedregosas de mi pueblo, enlodada en la seda del barrial en las montañas de mi patria, calzada en las calles bulliciosas de esta tierra que he prestado al Señor Cronos. Cubierta de Abrazos y desprecios, amores y desamores, guiños y sonrisas, éxitos y fracasos, en fin una gamma de colores, olores y sabores que no todas las criaturas tienen la dicha de adquirir para su enriquecimiento personal.

Levante la mirada, y el CIELO, estaba límpido, claro y sereno, en completa calma con su capa Real, Azul Oscuro, adornada de los diamantes custodios de la noche. El Astro Rey, y su Amada, estaban en su alcoba disfrutando de sus galanteos pasionales, mientras las nubes deleitando con sus voces les ofrecían un concierto angelical.

Las Palmeras se inclinaban cadenciosas a mi paso, como si presintieran que en mi pecho llevaba clandestino al Rey de Reyes, que me decía en Silencio, yo te amo, no estas sola, voy contigo, no temas, camina y disfruta de esta tierra, de sus bellezas, del amor que llevas dentro, porque hay muchos que bailan y salen por las noches en eterna algarabía, y están solos a pesar de tanta compañía, pero tu caminas sola y llevas dentro un Reino Colmado de placeres, disfrutas de mansiones, y del tiempo sin pagar ni una moneda, te he colmado de los dones mas preciados, te enseñado a saborear el dulzor del amor, de los sueños y esperanzas, tesoros eternos que solo a mis escogidos les alcanza.

Mi pecho henchido de alegría y rebozarte de gozos, alzo la mirada hacia los cielos, y sonrío con un alma inocente guardando su secreto con recelo para que las estrellas y los luceros de la noche no usurpen la luz que llevo dentro.

Feliz Navidad!

Leyla Torres © Todos los derechos reservados.

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