Resabios gobernados por miedos
que se esconden tras bastidores
En la antesala de la conciencia
Apantallando siluetas angelicales
Fantoches juzgamundos que desollejan
Las almas prístinas que alumbran
El camino de la humanidad.
Sortilegio para los que seducen
Con la embriaguez de la palabra
Y ceden elogios y prestigios
A los títeres microscópicos
Que les adulan y alfombran el sendero
Con mentiras ensombreciendo
A sus raquíticas conciencias.
Gloria y Abundancia a los nobles,
a los pequeños con alma de gigante
que se nutren con silencios,
razonamientos y buen juicio
Llenando de buenas intenciones y prodigios
El paso agigantado de la humanidad
levantada con ímpetu en el emporio de la vida.
Leyla Torres ©
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